Esta es una fecha funesta, parece más bien una sentencia para mi conciencia, serán todos los días y estos decembrinos que se acentúan más, se van sumando al cargo de culpa, lo que me aflige por este tiempo sobrepasa el sentido moral, me atrevo a llamarlo una pena espiritual, la mente y tanto raciocinio me traicionaron hace mucho, las cosas van en otra dirección tal vez un poco más complicada pero no afanosa, los caminos de Dios nunca serán una carrera desenfrenada dirigida por los impulsos del corazón agreste del hombre. He llegado a resumir el proceso de reconciliación en tres pasos: reconocer, arrepentirse y pedir perdón. El primero es fácil, tarde o temprano se percata de que algo salió mal, de que realmente se procedió incorrectamente, puede haber problemas si la persona es sumamente orgullosa sin embrago no es caso perdido, luego viene el arrepentimiento que causa vergüenza y culpa, sentimientos claves para tener la necesidad de pedir el perdón que viene a ser la culminación de todo. La impotencia recae en que por más que quiera pedir perdón, no tiene valor si la persona afectada ya no esta. Fue en diciembre en que pude haber salvado tu vida y no lo hice. Un diciembre pasado había trabajado en Tennis, ya no resultaba difícil conseguir trabajo en la temporada comercial más voltaje del año, era una oportunidad para todos con perfil de estudiantes universitarios y jóvenes desempleados sin oportunidad de estudio, realmente era una jornada laboral corta pero exhaustiva, se hacía algo productivo, se obtenía experiencia y lo mejor de todo se ganaba buen billete con el sudor de la frente. Luego el siguiente diciembre estaba dispuesta a meterme en el mismo camello, valía la pena, además uno hacía nuevos amigos y podía parlar con todas las clases sociales, entonces podías ver cada mundo y lo afortunado que eres. Me acuerdo que me buscaste para que te ayudara a hacer tu hoja de vida, si que diste lora llenando el formato, tanta pachorra para un pedazo de papel, al fin y al cabo afiebrado, más aún que tenías en la cabeza el regaño de mi papá: “José Manuel me hace el favor y este diciembre se pone a trabajar, no quiero verlo echado en la cama estas vacaciones”. Jota te dije que esa vuelta había que hacerla rápido, había que ponerse las pilas desde finales de octubre porque toda la población juvenil caleña andaba detrás del botín navideño, hambrienta y competitiva. Con suerte me volvieron a llamar de Tennis, “Laura quiere volver a trabajar con nosotros”, no lo pensé dos veces, buenísimo y no me tocaba aguantarme el discurso empresarial de la competencia exponiendo el listado de cualidades, fortalezas y propuestas de trabajo en equipo, liderazgo, atención y concluir que el cliente siempre tiene la razón así te trate como una hormiga. Y Jota nada, pasaron los días pero no sonó el teléfono, así que se fue a Tuluá y me dejo sin carro. Muy arregladita me pare en la esquina y tome el mercedes blanco y negro, me salve de la entrevista pero no de la inducción. Destino norteño con parada en Chipichape, el administrador regay con doblada de mano y todo pero buen tipo. Faltaron dos pelados, no dieron la cara pero dejaron dos puestos libres y yo pensé de una en vos, le dije al jefe que tenía un hermano, que estabas disponible pero no me prestó mucha atención, la cosa estaba agitada y le mencionó algo de unos reemplazos a la cajera, me relaje y no insistí, entonces te perdí para siempre. Por consiguiente me culpo por tu muerte. Si tan solo me hubiera arriesgado, le hubiera metido más ganas y dejara la estúpida pena que me ha tenido atrapada en tantas ocasiones, ese día me inventé mil pretextos, Jota esta en tulua, todo esta muy encima, tendría que venirse hoy mismo para ser entrevistado, mejor no porque esta ayudando a mi papá en la finca y otras tantas tonterías, ni siquiera te llamé para preguntarte si estabas interesado, fui tan egoísta. Ahora todo es tan confuso, a veces creo que si te llame, que hablamos, que trabajamos juntos ese diciembre, que la pasamos de lo mejor y te salvé de esa muerte tan espantosa. Todo se me viene a la cabeza y tengo que ocuparme en otras cosas para no revivir el pasado, es muy difícil contenerse y reprimir las lagrimas en los ojos, el dolor es muy humano y como no te veo se hace más profundo, uno se apega a la convicción y sana un poco la tristeza pero no el vacío, aferrandose a la esperanza de otro mundo, una nueva vida donde te pueda abrazar y pedirte perdón, estoy segura de que me perdonarías Jota, siempre has sido tan noble. Esta es mi cruz, lo más sano es dejar de culparme. Ese día había rumba planeada, te negaste asistir, ibas a tocar y eso fue lo más extraño de todo porque mezclar era un éxtasis musical, un deleite para tus oídos, poner unos cuantos tracks era lo máximo para vos y no quisiste ir, como tampoco quisiste llegar temprano a casa esa madrugada, ya todo el mundo estaba cansado pero Jota no se quería entrar.
martes, 14 de diciembre de 2010
domingo, 18 de julio de 2010
Como las Margaritas
jueves, 10 de junio de 2010
Hablalo Jota
martes, 20 de abril de 2010
Se viene lo bueno
jueves, 18 de febrero de 2010
A solo un paso
Un amor sin condiciones nos inspira aunque del amor sabemos poco, le damos rotulo de magnífico confundiendo los medios con el fin. Queremos darnos el lujo de la verdadera felicidad y buscamos en vano en los lugares equivocados. Como científicos de la supervivencia es nuestra obligación mejorar la calidad de vida porque el tiempo se nos escapa como agua por las manos. Si pudiéramos congelar los segundos, mejor aún devolver el tiempo para cauterizarnos, borrar las cicatrices. Sin tan solo tuviéramos el poder. Ahora vamos a dar un paseo por las estrellas, tal vez ellas puedan compartirnos algo de su luminiscencia contemplativa.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Basura que no se recicla
El antes_ huyendo, con respiración caótica porque el corazón esta supremamente agitado y la mente tiene pánico, son los últimos segundos y lo único que acrecienta es la velocidad, resolución de emociones, estímulos, presentimientos, velocidad transportada pero los manes de la moto no quedan atrás, es muy difícil perderlos de vista, están ahí al lado del carro. Ellos, los perseguidos ya saben lo que va a pasar, ya se están muriendo en vida y así el sonido estruendoso del disparo da por sentado el final. De un soplo violento se apaga. Los asalariados de segunda están orgullosos de lo que acaban de hacer, se sienten poderosos, engrandecidos más que el mismo patrón ostentoso, se ganaron otro billete, uno bien gordo, de pronto un bono extra, de pronto fue también un favor. Tienen conocimiento del suceso (incuestionable) pero no saben la totalidad, no la conocen. El daño colateral, de la incalculable tristeza y del vacio infinito.
Que viva Tuluá, un pueblo después de todo, somos pueblo con complejo de capital, pero ya ni en las grandes y destacadas ciudades gobierna la autoridad, el corazón del valle, una vereda gobernada por delincuentes y sicarios, por corruptos y activos, por la escoria y la ignorancia. Se abre paso, ahí vienen esos mediocres, los payasos del imperio más cruel y egocéntrico, esos montañeritos sin idea de vestirse. Quién es tan cobarde de aprovecharse de un borracho en plena madrugada decembrina; quién es tan estúpido de pasarse de tragos y aletear a un traqueto barato; quién no va a sufrir la pérdida de un hermano, quién y quienes, de qué lado estamos. Estos sujetos de verdad tienen una vida muy fácil: surge un inconveniente, se ocupan del problema por medio de terceros sin dejar de ser los autores intelectuales, borran la complicación y suerte con todo el mundo, nos pillin.
martes, 25 de agosto de 2009
FruTiEden
Ayer me detuve en la frutería ubicada en la Avenida Roosevelt, la frutería de tu papá. Eran cerca de las diez y media, yo sé que para esa hora todavía estaría abierta, venía del norte por los lados de Chipichape, ya te había mencionado que todos los lunes, al menos la mayoría de ellos voy a un grupo de oración desde que estoy en la búsqueda de un equilibrio espiritual, de respuestas que aquí no obtengo y que ningún ser humano las tiene. Un jugo de mandarina rondaba por mi cabeza. A veces uno tiene fatiga pero no quiere comer algo muy pesado, el jugo de mandarina era perfecto. Yo casi no recuerdo a tu papá, la verdad es que si me lo encuentro en la calle no lo reconocería, pero hubo algo muy particular en él que revivió algo de ti en ese momento, cosas que uno jamás olvida, como los gestos o algunos dichos tan personales por ejemplo, en este caso fue su forma de caminar. Yo creo que tu papá tampoco se acuerda de mí, puedo llegar a esa conclusión porque el tampoco me reconoció. Mientras el hacia lo suyo, sin que lo notara lo detallaba, tratando de encontrar un parentesco y fue en un par de segundos que se levantó de nuevo y lo puntualicé mucho más que antes, caminó hacía la cocina y me trajo mi jugo. Yo conozco muy bien la forma en que caminas, largos pasos, los brazos bien extendidos hacia abajo, con cada paso parecen que se quedaran un poco más atrás de lo normal. Cualquiera lee esta vaina y dice que todo el camina así, no importa yo sé de que hablo, lo que pasa es que resulta complicado describir cada movimiento al pie de la letra. Regresando: cuando entré, él estaba sentado en una silla rimax frente al televisor observando una de esas novelas todas bullosas e incrédulas, nada raro en RCN, luego me atendió y ordenó en la cocina que preparan mi jugo de mandarina. Inmediatamente volví a un pasado contigo y recordé las contadas ocasiones que entré allí pero no sola, la primera vez fue ese día que te agarraste con mi hermano, no me acuerdo de las otras pero si sé que una vez fui a buscarte cuando le ayudabas a tu papá y me dijo que habías salido a hacer una vuelta, en ese entonces llevábamos muy poquito juntos. De la misma forma, casualmente revivo espacios que remueven mi memoria y llenan de una nostalgia odiosa e involuntaria mi corazón. Ha pasado tanto en tu ausencia desde la última vez que te fuiste, porque ya te has largado más de una vez. Y con todo, absolutamente todo quiero encontrarte otra vez en algún recuerdo imprevisto, en la panadería La Paola, en la frutería de tu papá y en todos los lugares que caminamos juntos mientras me cogías la mano cuando era tu novia. El amor sufre transformaciones, rara vez muere por completo, el final de este sentimiento depende de muy graves circunstancias. Mi amor hacía ti es sinceramente amistoso, siempre me preocuparé si te llega a pasar algo, siempre pensaré en ti siquiera dos o cinco veces a la semana, siempre puedo ofrecerte mi amistad, pero siempre seré yo, serás tu y seremos. La gente aprende a ser amigos, después de todo el amor no es utilitario, vale en todas sus expresiones.