martes, 20 de abril de 2010

Se viene lo bueno

Recuperando la figura. Fue a clase de spinnng, era la primera vez (ya lo había hecho hace unos dos años atras, nada nuevo pero como pasó tanto tiempo se le consideraba primipara en la vuelta). Estaba tan emocionada que no llevó bebida para hidratarse ni toallita para el sudor. A los quince minutos estaba tan deshidratada que se le olvidaba a ratos lo dolorido que tenía el trasero, a los veinte minutos competía la sed con el cansancio de la piernas. Casi le da la palida pero por puro orgullo no le pidió un sorbo de gatorade a la cucha que tenía al lado, parecía que se había traido la toalla del baño con la que uno se seca el cuerpo, que vieja tan exagerada al gym se lleva una toallita decente. Tendría unos cincuenta años pero tenía más físico que cualquiera de los puchacos que estaban allí, una señora con el cuerpo de madona de las que a los manes les gusta, madurita pero buenona. También por cosas del orgullo hizo toda la clase, una hora exacta y al mismo ritmo que el grupo, igualandose a los duros de spinning, casi que matandose al mismo tiempo que hacía doble esfuerzo para dismular el cansancio. Había un reloj en la pared y eso fue la peor tortura porque no hizo más que mirar el segundero. Finalmente se bajó, le temblaban las piernas y estaba como un tomate. A unos cinco metros había una fuente de agua, le brillaban los ojos, la vio como si hubiera encontrado un tesoro pero para no delatar la sed tan brava que tenía se fue caminado a paso de tortuga la muy orgullosita para que la gente no fuera a acordarse que no había llevado botellita de agua, vital para este tipo de ejercicio, un dato súper importante, porque la pinche toallita tiene reemplazo, con la manga de la camiseta se puede secar el sudor de la frente. Y como se demoró tanto, por boba llegaron las viejas de aerorumba y se apoderaron de la fuente de agua, no aguanta hacer cola detras de estas bailarinas visajosas, entonces se fue al baño y tomo del chorro de la llave. Ya para la próxima sabe como es la movida y también sabe que tiene que llegar más temprano para coger una bicicleta con sillín acolchonado.Pero por encima de todo, sabe que el orgullo vale huevo a estas alturas del paseo.

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