miércoles, 22 de julio de 2009

Cuando es otro cuento

Entonces el mundo no es como quisieramos que fuera sino como es, la condición es saber entenderlo, de otra forma perderíamos la razón (y eso que no basta con perderla de vez en cuando para percibir). La casualidad no existe, de vez en cuando nos topamos con la suerte, pero nada trasciende si no por una causa y efecto. Tampoco existen todas las respuestas que buscamos, pero no podemos confundirnos y creer que por tal hecho, no sean realidades.

miércoles, 15 de julio de 2009

Eso de la rutina…




Uno escucha que la gente se aburre en un trabajo, se satura de unas funciones monótonas todos los días, tareas que otra persona como una secretaria tal vez podría realizar (no porque esté relegando el trabajo de una secretaria, sino porque no estudie para ser eso). Que cada día se parece más al anterior y mañana va a ser el doble de aburrido, esa molestia resulta inevitable. Puede ser apocalíptico, una profecía anunciada, donde cada vez se siente un fastidio progresivo hacía lo que haces, hacia la rutina, incluso hacía lo que te genera capital en otras palabras. Sin embargo, la parte buena es precisamente eso, que cuando uno trabaja tiene ingresos, y yo que soy una silenciosa mantenida, arrimada independiente es mucho mejor, todo se va para el bolsillo y estoy ahorrando para un viaje. Al menos tengo una meta por el momento __entonces yo misma me pongo unos límites, por ejemplo: sí este mes me entra 650 me gasto solo 150 en los antojos que cualquier mujer tiene, que vi unos zapatos fucsia, quiero un bolso verde manzana, quiero comer sushi esta noche, necesito esto y lo otro, etc. Claro que lo del viaje es un proyecto a corto plazo, es como un premio personal, un deseo auto concedido , surgen las locuciones más traquis y pretéritas. Igual eso vendría siendo otro fragmento para dedicarle más de una cuartilla en el papel. Respecto al tema, los antojos solo son un gasto mensual innecesario que complace y calma la ansiedad de alguna forma temporal. Luego dejo los 500 intocables para ir sumando a la caja fuerte, otro pato dirá que: pues eso que me gano es muy poquito, no es nada, pero para empezar esta al pelo, sin olvidar mi condición de hija, después de todo es mi primer trabajo serio, donde me toca disfrazarme y ser la más diplomática, la que nunca conocí en medio de toda esa simpleza despreocupada. Al menos tengo una práctica laboral respetable donde reconocen todo lo que hago, de vez en cuando me explotan y abusan de mi noble conocimiento, pero voy por buen camino, la cosa pinta bien, normal nada extraordinario, de hecho tengo muchas ventajas en esta experiencia, es solo que siempre persiste ese apetito de ambición, progreso y status. En el fondo lo que nos motiva a todos es el billete, no hay discusión ni debate jurídico que contradiga esa teoría. Sí, hay gente que salva vidas, que tiene una profesión muy conmovedora, hermosa pero en nomina cada mes se firma un cheque encaminado al consumo de lujos y acumulación de bienes, nada es fortuito, siempre hay una fuerza que nos determina, todo es con interés por eso no se le puede comer cuento a todo el mundo y es que uno trabajo por algo, por uno mismo. Pero también nadie tiene ningún compromiso con la humanidad, cada quien decide si quiere aportar a la pobreza, no es una obligación universal colaborarle a desheredado que pide mientras le muestra a la gente sus anormalidades mentales o deficiencias físicas, es de libre albedrio compartir un poco de la ganancia. Y a pesar de todo, en varias ocasiones se me han aguado los ojos con los viejitos y los niños en los semáforos. Por eso, la suerte tiene mucha prevalencia en una situación así, porque hay gente muy de malas, muy salada en esta vida. Ojalá yo no lleve del bulto como muchos, los conocidos, algunos relativos y miles de extraños allá afuera que tienen hambre mientras yo me como un chorizo de pollo en el ingenio. Tan cagada, lo que son los contrastes. Crueles y graciosos simultáneamente.

lunes, 6 de julio de 2009

Pato al agua


Como fuera de este mundo, un visitante, un astronauta flotando y explorando la diversidad, un viaje nebuloso, otros mundos lejanos y próximos de más episodios espaciales porque el tiempo no se ha roto, solo queda suspendido en otros segundos que envuelven más segundos extrovertidos, prestigiosos en el ahora, en ti y en mi. La atmosfera pinta sesgos purpura y fucsia que se disuelven en la distancia del presente como los atardeceres que más me gustan, los más contemplativos y nostálgicos, no son marcados ni apartados, es una fusión cambiante, un tinte, una tonalidad y muchos matices como todas las sensaciones que respiro, que creo con inocencia y siento con sinceridad y, ninguna se parece a la otra. Estoy viajando a nuevas tierras, sin identificación ni limites, puedo ser tu Lala, mañana tu Margot, todos los nombres metafóricos, acordes a mis temperamentos, pero siempre seré un recuerdo fresco del hoy y mañana también te acordaras de todos mis nombres y mis ojos. Lo que pensamos, lo que voltea, va hasta la esquina, se devuelve corre y da volteretas por esta cabeza que convulsiona emociones intensas, a veces preocupantes y apresuradas, así cuando el vecino se cree héroe y le da un arranque protagonista por salvar al mundo y hacer el bien al prójimo, así como cuando los deseos nos distraen y nos hacen creer que desde hace mucho nos conocíamos pero no existía el encuentro, aunque estuviéramos recorriendo los mismo pasos. Tampoco nos desboquemos en una carrera sin meta, hay que ser realistas, especialmente cuando el tema en discusión es el apego, una simpatía mutua, seamos innatos en la risa, que el tacto sea preciso y no se desvié, perdiéndose por las curvas y que también seamos naturales en lo que pensamos sobre la misma dirección sin ser almas gemelas o alguna telepatía extramural de los vínculos que la psicodelia transforma, que esta intersección nos envuelva en la profundidad de campo, un lente angular, desde la perspectiva, los ejes opuestos y complementarios. Que pase el tiempo y pasemos con el tiempo a todos los niveles necesarios para la claridad integral, absolutamente traslúcida para reflejarnos en una fotografía nítida, sin encuadre. Las posibilidades aumentan, así como la intriga y ya soñé con vos, no recuerdo ni visualizo mi aislamiento onírico con luminiscencia, es borroso pero se que estabas ahí, caminado a mi lado, conmigo en algún lugar. Tan lejos de la realidad estoy cuando tú estas, pero la realidad es saborear tu presencia por estos lados, cerca de mi propia realidad y la que hemos creado, juntos, nosotros y nadie más. Un aplauso a la genialidad, a la inteligencia musical, a Pink Floyd nuestro común calificativo, el oído compartido y el reconocimiento de la obra maestra, un empujón muy oportuno en un paseo verde por ciudad jardín, una de las primera noches, espectacular brisa nocturna, el volumen en 32, cuando había más emoción en 33 y arriba en adelante mientras yo pensaba en esta locura, en cómo Jota me tiro al charco y conocí un par de insectos, pero el más disparejo y sugestivo de todos era el tal zape, un man equix, (y marco con x como lo que no me conviene, como el descarte que se hace después de revisar un documento, ahora en mi papel veo chulos por todas partes, soy la maestra, la lectora que aprueba y te pone un chulo gracioso pero bien repintado). Todo va cambiando, pero se torna mejor que ayer, y me gusta la forma en que me gustas, en la medida más seria y compleja, desde la verdad y mis sufrimientos, mis lágrimas y la risa que rebota en tu cara, mis alegrías compartidas y los besos sin permiso, permisivos a otros más agudos. Tu estas en medio de la demencia y yo quiero un poquito de tu locura, porque es sensata y directa a pesar de todo. Mi gran pensador, que observa mis movimientos, que desnuda la mirada y las palabras. Luego pienso que estas muy pesado y que todo esto no va para ningún lado, es solo una impresión instantánea, somos muy distintos, en este papel no aplica la teoría de atracción entre opuestos, veo venir el fin, complaciente y paralizador, ahora no puedo pasar a otro nivel, me quedo en el tercer piso, de la admiración y el acompañamiento, de la amistad y el coqueteo sin direccionamiento. Con todo lo que ha pasado, de aquí no me muevo, la gente no puede forzar el corazón, no me voy desdoblar ni a batallarme, no quiero y no lo intentare siquiera, y la mente me sigue haciendo el ocho, jugándome trucos persuasivos para armarme la película y luego desplomarme en la frialdad de mis gestos y controversias. Las cosas no deberían ser como uno quiere, lo que hay que hacer es entenderlas tal cual, tómalo como viene sin refutar, al final uno decide lo que le conviene y quieres angustiarte, bienvenido.