lunes, 6 de julio de 2009

Pato al agua


Como fuera de este mundo, un visitante, un astronauta flotando y explorando la diversidad, un viaje nebuloso, otros mundos lejanos y próximos de más episodios espaciales porque el tiempo no se ha roto, solo queda suspendido en otros segundos que envuelven más segundos extrovertidos, prestigiosos en el ahora, en ti y en mi. La atmosfera pinta sesgos purpura y fucsia que se disuelven en la distancia del presente como los atardeceres que más me gustan, los más contemplativos y nostálgicos, no son marcados ni apartados, es una fusión cambiante, un tinte, una tonalidad y muchos matices como todas las sensaciones que respiro, que creo con inocencia y siento con sinceridad y, ninguna se parece a la otra. Estoy viajando a nuevas tierras, sin identificación ni limites, puedo ser tu Lala, mañana tu Margot, todos los nombres metafóricos, acordes a mis temperamentos, pero siempre seré un recuerdo fresco del hoy y mañana también te acordaras de todos mis nombres y mis ojos. Lo que pensamos, lo que voltea, va hasta la esquina, se devuelve corre y da volteretas por esta cabeza que convulsiona emociones intensas, a veces preocupantes y apresuradas, así cuando el vecino se cree héroe y le da un arranque protagonista por salvar al mundo y hacer el bien al prójimo, así como cuando los deseos nos distraen y nos hacen creer que desde hace mucho nos conocíamos pero no existía el encuentro, aunque estuviéramos recorriendo los mismo pasos. Tampoco nos desboquemos en una carrera sin meta, hay que ser realistas, especialmente cuando el tema en discusión es el apego, una simpatía mutua, seamos innatos en la risa, que el tacto sea preciso y no se desvié, perdiéndose por las curvas y que también seamos naturales en lo que pensamos sobre la misma dirección sin ser almas gemelas o alguna telepatía extramural de los vínculos que la psicodelia transforma, que esta intersección nos envuelva en la profundidad de campo, un lente angular, desde la perspectiva, los ejes opuestos y complementarios. Que pase el tiempo y pasemos con el tiempo a todos los niveles necesarios para la claridad integral, absolutamente traslúcida para reflejarnos en una fotografía nítida, sin encuadre. Las posibilidades aumentan, así como la intriga y ya soñé con vos, no recuerdo ni visualizo mi aislamiento onírico con luminiscencia, es borroso pero se que estabas ahí, caminado a mi lado, conmigo en algún lugar. Tan lejos de la realidad estoy cuando tú estas, pero la realidad es saborear tu presencia por estos lados, cerca de mi propia realidad y la que hemos creado, juntos, nosotros y nadie más. Un aplauso a la genialidad, a la inteligencia musical, a Pink Floyd nuestro común calificativo, el oído compartido y el reconocimiento de la obra maestra, un empujón muy oportuno en un paseo verde por ciudad jardín, una de las primera noches, espectacular brisa nocturna, el volumen en 32, cuando había más emoción en 33 y arriba en adelante mientras yo pensaba en esta locura, en cómo Jota me tiro al charco y conocí un par de insectos, pero el más disparejo y sugestivo de todos era el tal zape, un man equix, (y marco con x como lo que no me conviene, como el descarte que se hace después de revisar un documento, ahora en mi papel veo chulos por todas partes, soy la maestra, la lectora que aprueba y te pone un chulo gracioso pero bien repintado). Todo va cambiando, pero se torna mejor que ayer, y me gusta la forma en que me gustas, en la medida más seria y compleja, desde la verdad y mis sufrimientos, mis lágrimas y la risa que rebota en tu cara, mis alegrías compartidas y los besos sin permiso, permisivos a otros más agudos. Tu estas en medio de la demencia y yo quiero un poquito de tu locura, porque es sensata y directa a pesar de todo. Mi gran pensador, que observa mis movimientos, que desnuda la mirada y las palabras. Luego pienso que estas muy pesado y que todo esto no va para ningún lado, es solo una impresión instantánea, somos muy distintos, en este papel no aplica la teoría de atracción entre opuestos, veo venir el fin, complaciente y paralizador, ahora no puedo pasar a otro nivel, me quedo en el tercer piso, de la admiración y el acompañamiento, de la amistad y el coqueteo sin direccionamiento. Con todo lo que ha pasado, de aquí no me muevo, la gente no puede forzar el corazón, no me voy desdoblar ni a batallarme, no quiero y no lo intentare siquiera, y la mente me sigue haciendo el ocho, jugándome trucos persuasivos para armarme la película y luego desplomarme en la frialdad de mis gestos y controversias. Las cosas no deberían ser como uno quiere, lo que hay que hacer es entenderlas tal cual, tómalo como viene sin refutar, al final uno decide lo que le conviene y quieres angustiarte, bienvenido.

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